¿Morro o escuela? Acerca de un cuento de Machado de Assis

 


¿Morro o escuela? Visión del mundo infantil en “Conto da Scola” de Machado de Assis

 

I. “Morro ou campo? Tal era o problema. De repente disse comigo que o melhor era a escola. E guiei para a escola. Aqui vai a razão”. De los personajes abordados en este curso de narrativa breve, a saber: padre e hijo en “Teoria do medalhao”, la muchacha de “O punhal de Martinha”, el médico alienista de “O alienista”, el novio, la novia y el amante en “Noite de almirante”, el muchacho y la dueña de casa en “Misa de galo”, el padre, la madre, el hijo en “Pai contra mae”, nos hemos encontrado con un más que interesante mosaico de personajes de diferentes características, pensamientos, clases sociales e inquietudes.

Los temas presentes en la narrativa machadiana son el dinero, el adulterio, la traición y, en general, sobre todos aquellos argumentos que se relacionan con aspectos más superficiales del hombre de fines del siglo XIX y principios de XX, cuestiones relacionadas con el mundo adulto, solemne, de deberes y obligaciones que nada tiene que ver con el infantil.

En esa extensa galería de personajes de los cuentos y novelas de Machado los niños no son fáciles de encontrar, escasean. Por esa razón, la visión del mundo infantil encerrada en la literatura de Machado de Assis pasa a ser motivo de reflexión de este trabajo.

 

 “Machado de Assis es más que mero realista: es gran creador de personajes, pintor de caracteres, agudo desmenuzador de sentimientos. Su Brás Cubas (1881), su Quincas Borba (1891), su Dom Casmurro (1900) son novelas de primer orden en cualquier literatura, igualadas pocas veces, y nunca superadas, en la América hispánica” (Henríquez Ureña, 1959: 103 citado por Rocca, en “Machado y sus precursores”).

 

Así las cosas, el rastreo de personajes infantiles es breve, las referencias a la infancia pocas. Una de las causas que se podrían señalar sobre ello se liga con la concepción que se tenía de la infancia a fines del siglo XIX y principios del XX.

Freitas cuanta en su Historia social de la infancia en el siglo XIX que el niño, por definición, era un derivado de aquellos que fueron criados por aquellos que lo engendraron.

 

“Eran lo que se llamaban “hijos” de la casa, responsabilidad de la familia consanguínea o del barrio. El abandono de niños y el infanticidio fueron prácticas comunes entre indígenas, blancos y negros en determinadas circunstancias, lejos del tema de la devastadora concentración en las ciudades, la perversa distribución de bienes y servicios entre estratos sociales y los límites establecidos entre ellos. [...] El estudio de los niños en el siglo XIX se ve obstaculizado por la escasez de estudios de demografía histórica.”

 

Como en muchos países de la época, incluyendo el nuestro, los niños eran invisibilizados, no se sabía, no se hablaba, no eran importantes ni se les prestaba atención.

 

“En primer lugar, la invención de la infancia es característica del discurso de la modernidad. En segundo lugar, la aparición de la vida del niño en la vida pública es la  aparición del niño como sujeto disciplinado. No hay en el Río de la Plata del XIX niños dickensinianos ni Huckleberriefinns, tampoco hay rebeldes niños bobarianos. El niño nace a la vida pública como la imagen de un niño uniformado, rodeado de pizarras, plumas, tinteros, y  bajo la mirada tutelar de la maestra normal” (De Torres).

 

 

Lo que sucede en “Conto da scola” no se condice con esta ausencia de niños transgresores en la literatura como la que refiere De Torres. Este cuento tiene como protagonista a un niño. Este se llama Pilar, a quien acompañan sus compañeros de clase Curvelo y Raimundo. He aquí un niño creado por Machado que recuerda a Tom Sawyer o a un Huckleberry Finn.

¿Cuál era la visión de Machado de la infancia? ¿Cómo son los personajes infantiles que caben en su narrativa? ¿Qué cabe decir de ellos cuando hace referencia? ¿Qué tratamiento le da Machado de Assis no sólo al niño, sino a la “infancia” en este texto? Nos centraremos entonces en las pistas que nos brinda este cuento para tratar de obtener alguna respuesta.

El morro o la escuela, es una forma de estar en el mundo, la de Pilar, pero también la de la niñez de un Brazil de finales de siglo XIX, también la de Tom Sawyer, otro niño, más famoso que Pilar, pero igual de transgresor y travieso.

 

 

II. “O menino é pai do homem”. Una referencia que da Machado acerca de la niñez puede leerse en el capítulo XI de Memorias póstumas de Blas Cubas titulado sugestivamente “El niño es el padre del hombre”, donde escribe acerca de la infancia del protagonista en primera persona:

 

“Cresci; e nisso é que a família não interveio; cresci naturalmente, como crescem as magnólias e os gatos. Talvez os gatos são menos matreiros, e, com certeza, as magnólias são menos inquietas do que eu era na minha infância. Um poeta dizia que o menino é pai do homem. Se isto é verdade, vejamos alguns lineamentos do menino.”

 

Hay en esa descripción que hace de sí mismo Brás Cubas un aire picaresco, bullicioso, que se cuela en las travesuras que hacía: esconder sombreros a los visitantes, arrojar colas de papel a personas serias, tirar de la cola de caballo o pellizcar los brazos de las matronas. En el relato de estas vivencias el narrador utiliza la arrogancia del niño rico y protegido que ignora cualquier sentido de igualdad y asume un tono despectivo para con la humanidad. En la citada novela para caracterizar a Brás como niño, Machado de Assis se apropia de la frase “El niño es padre de un hombre”, verso de Wordsworth contenido en el poema “Mi corazón da un salto”[1] (“My heart leaps up”) que muta en título y denota el acercamiento del autor a la estética romántica.

El germen de este pensamiento se encuentra en Rousseau, con su tratado filosófico  sobre la educación en Emilio o Educación, en la que abre el camino para el nacimiento del mito literario de la infancia. En “Siento que mi corazón late más rápido”, Wordsworth revela la permanencia del espíritu del niño capaz de proporcionar al alma la comunión del individuo con el cosmos. Wordsworth usa la expresión en un sentido muy positivo, señalando que ver un arco iris le producía asombro y alegría cuando era niño, y todavía sentía esas emociones cuando era un hombre adulto. Espera que estas emociones continúen a lo largo de su vida, que conserve esa alegría pura de la juventud. También lamenta que preferiría morir antes que perder ese salto del corazón y el entusiasmo juvenil.

El pensamiento del adulto ya está marcado en el rostro del niño que fue Brás Cubas. “¡Desde los cinco años me gané el apodo de 'niño-diablo'!” Machado de Assis propone una mirada subvertida del mundo infantil realizada por Wordsworth. En el poeta romántico, la infancia es tomada como fuente incesante de renovación de la experiencia adulta, el escritor Brásileño lee el verso, por el contrario, con cierto pesimismo.

 

“Desde os cinco anos merecera eu a alcunha de «menino diabo»; e verdadeiramente não era outra coisa; fui dos mais malignos do meu tempo, arguto, indiscreto, traquinas e voluntarioso. Por exemplo, um dia quebrei a cabeça de uma escrava, porque me negara uma colher do doce de coco que estava fazendo, e, não contente com o malefício, deitei um punhado de cinza ao tacho, e, não satisfeito da travessura, fui dizer à minha mãe que a escrava é que estragara o doce «por pirraça»; e eu tinha apenas seis anos.” 

 

 

Con apenas seis años, ese niño que había sido Brás Cubas daba golpizas a los sirvientes, molestaba a las mujeres, era “maligno”, “indiscreto”, cualidades que distan de ser bien vistas en un niño educado. Celebrado por su padre, protegido por su  madre, este niño parece disfrutar de hacer sentir mal a los demás, gozando con sus pillerías.

 

“O que importa é a expressão geral do meio doméstico, e essa aí fica indicada, -vulgaridade de caracteres, amor das aparências rutilantes, do arruído, frouxidão da vontade, domínio do capricho, e o mais. Dessa terra e desse estrume é que nasceu esta flor.”

 

 

“Esta flor” que es Brás Cubas de niño con la ironía que caracteriza la escritura de Machado, se aparta de la visión luminosa y esperanzadora de Wordsworth, de aquel arco iris que infunde alegría y ensueño. Según Schwarz:

 

“En las Memórias póstumas de Brás Cubas, Machado despoja a los procedimientos narrativos de su neutralidad y autoridad inocentes, desmintiendo la idea misma de una función narrativa abstracta capaz de flotar por encima del tiempo histórico. Lo que tenemos entonces no es sólo la conciencia del relato en construcción, sino algo más radical y sin precedentes: un relato que opera en un plano sumamente culto y artístico, y que sin embargo forja el mundo con arreglo a un interés particular e indefendible, en cuyo interior debemos explorar si queremos comprender lo que está sucediendo.”

 

 

 

III. “Morro ou campo? Tal era o problema. De repente disse comigo que o melhor era a escola. E guiei para a escola. Aqui vai a razão”. Encontramos en el comienzo del relato la exacta ubicación temporal y la minuciosa ubicación espacial a la que nos tiene acostumbrados el autor. Hay también una descripción detallada de este contraste: morro y escuela, naturaleza y deber, exterior e interior muy marcado que lleva al lector a compadecerse de la decisión que debe tomar Pilar, el protagonista.

 

“A escola era na Rua do Costa, um sobradinho de grade de pau. O ano era de 1840. Naquele dia - uma segunda-feira, do mês de maio - deixei-me estar alguns instantes na Rua da Princesa a ver onde iria brincar a manhã. Hesitava entre o morro de S. Diogo e o Campo de Sant’Ana, que não era então esse parque atual, construção de gentleman, mas um espaço rústico, mais ou menos infinito, alastrado de lavadeiras, capim e burros soltos. Morro ou campo? Tal era o problema. De repente disse comigo que o melhor era a escola. E guiei para a escola. Aqui vai a razão.”

 

 

“Ora, foi a lembrança do último castigo que me levou naquela manhã para o colégio. Não era um menino de virtudes”. Pilar se presenta como un niño que titubea entre ir a jugar al morro, a la Naturaleza en un día soleado o concurrir a la escuela. Ese es el primer dilema planteado en “Conto da Scola”. El niño recuerda que fue castigado en su última “rabona” y entonces decide concurrir.

En este sentido, entra en juego la escuela, con sus típicos instrumentos de silenciamiento: uno de ellos, la palmeta, representación metonímica del castigo. El narrador lo define a través de un símil: los “cinco ojos del diablo”. La palmeta, el remo o la vara de membrillo como la que usaba su padre, era un recurso usado en el hogar y en la escuela para imponer disciplina.

La expresión aterradora que salta de sus ojos y la aspereza de la voz del maestro tienen, por un lado, un efecto paralizante, infundido por el miedo, y, por otro, instigan al niño a disimular como táctica de supervivencia, a pensar estrategias. Por todo ello, la escuela, en esta narración, se convertirá en un espacio negativo, esclavizante, no querido por el autor ni por Pilar.

El cuento insiste en una semántica del fingimiento, como en otras narraciones de Machado que hemos leído: hay muchas mentiras, engaños, con la madre, con el maestro, todo lo que termina en la huida imaginada por el protagonista Pilar.

La imagen aérea de la cometa volando en el aire, que parece llamarlo, contrasta con la imagen estática de las bancas de la escuela, donde todos estaban atrapados como si estuvieran presos por grilletes, que juega con la idea de prisión, de un lugar del que no puede escapar:

 

“Com franqueza, estava arrependido de ter vindo. Agora que ficava preso, ardia por andar lá fora, e recapitulava o campo e o morro, pensava nos outros meninos vadios, o Chico Telha, o Américo, o Carlos das Escadinhas, a fina flor do bairro e do gênero humano. Para cúmulo de desespero, vi através das vidraças da escola, no claro azul do céu, por cima do morro do Livramento, um papagaio de papel, alto e largo, preso de uma corda imensa, que bojava no ar, uma coisa soberba. E eu na escola, sentado, pernas unidas, com o livro de leitura e a gramática nos joelhos.”

 

 

Paralelamente, otro juego de poder involucra a los tres niños y las consecuencias serán terribles. Raimundo, el hijo del profesor, seduce a Pilar con una moneda de plata y Curvelo se iergue en la figura del traidor.

A través de este juego se percibe en “Conto da scola” la relación dinámica entre el individuo y la sociedad, el yo individual y el yo social, generada desde el espacio institucional.

 

“Tive uma sensação esquisita. Não é que eu possuísse da virtude uma idéia antes própria de homem; não é também que não fosse fácil em empregar uma ou outra mentira de criança. Sabíamos ambos enganar ao mestre. A novidade estava nos termos da proposta, na troca de lição e dinheiro, compra franca, positiva, toma lá, dá cá; tal foi a causa da sensação. Fiquei a olhar para ele, à toa, sem poder dizer nada”.

 

En esa posibilidad de engañar al maestro, en la novedad de la transacción, en aceptar aquel trueque de conocimiento por moneda, recuerda a aquella “flor” que fue Brás Cubas, el niño transgresor, no malo pero sí travieso, que desconoce la autoridad del maestro, de “los cinco ojos del diablo”, de la institucionalidad.

Se presenta otro dilema: Pilar no quiere aceptar a moneda, pero tampoco puede rechazarla. Esa ambigüedad moral, “¡tanto se ilude a vontade!”, es la que lo llevará al desliz, traicionado por Curvelo que va a contarle al maestro con las consecuencias lógicas:

 

“Estendi-lhe a mão direita, depois a esquerda, e fui recebendo os bolos uns por cima dos outros, até completar doze, que me deixaram as palmas vermelhas e inchadas. Chegou a vez do filho, e foi a mesma coisa; não lhe poupou nada, dois, quatro, oito, doze bolos. Acabou, pregou-nos outro sermão. Chamou-nos sem-vergonhas, desaforados, e jurou que se repetíssemos o negócio apanharíamos tal castigo que nos havia de lembrar para todo o sempre. E exclamava: Porcalhões! tratantes! faltos de brio!”

 

 

Luego del castigo que le propinara el maestro, Pilar juró romperle la cara a Curvelo por la traición de la que había sido víctima y al llegar a su casa no dijo nada de lo sucedido. A la mañana siguiente, se cruzó con un grupo de fusileros y en lugar de ir a la escuela a vengarse de Curvelo, se fue con ellos en un acto que devuelve al niño su inocencia, su alegría de juventud, una actitud que lo distingue del Brás Cubas infantil y lo acerca al niño de Wordsworth.

El nuevo día de sol, de buen clima, no hace más que plantear la misma situación que al comienzo del cuento, el mismo dilema de ir o no ir, de quedarse con la moneda de Raimundo, de arremeter contra el traidor, pero esta vez predomina el niño de la calle, el Pilar sin rencor y sin moneda.

 

“Não fui à escola, acompanhei os fuzileiros, depois enfiei pela Saúde, e acabei a manhã na Praia da Gamboa. Voltei para casa com as calças enxovalhadas, sem pratinha no bolso nem ressentimento na alma. E contudo a pratinha era bonita e foram eles, Raimundo e Curvelo, que me deram o primeiro conhecimento, um da corrupção, outro da delação; mas o diabo do tambor...”.

 

 

 

Si como dice Rilke “la única y verdadera patria es la infancia” debemos atender a aquellos detalles vertidos en “Conto da scola” como forma de entender un concepto de infancia y el tratamiento que allí se realiza de la niñez.

El tema de la infancia, ligado a la obra de Machado, ayuda a comprender los dilemas presentes en nuestra humanidad, que es como Pilar, el niño que sabe de la calle pero también de la escuela, aquel que por ayudar a un compañero es traicionado y castigado, del que se querrá vengar pero luego se olvida y vuelve a ser inocente, porque el día está lindo y el sonido del tambor es fascinante. Porque, y es pertinente citar al Emilio, hay que respetar a la infancia:

 

“Respetad la infancia y no os apresuréis a juzgarla ni para bien ni para mal. Dejad que se anuncien, se prueben y se confirmen largo tiempo las excepciones, antes que para ellas adoptéis métodos particulares. Dejad que obre largo tiempo la naturaleza, antes de meteros a obrar en su lugar, no sea que impidáis la eficacia de sus operaciones. Decís que conocéis lo que vale el tiempo, y no le queréis perder, y no echáis de ver que más se pierde usándole mal que no empleándole, y que más lejos está de la sabiduría un niño mal instruido, que uno que no lo está nada. ¡Os asusta el verle consumir sus años primeros en no hacer nada! ¡Cómo! ¿No es nada ser feliz? ¿No es nada saltar, jugar y correr todo el día? En su vida estará tan ocupado.”

 

 

El respeto a la infancia que propone Rousseau es tan respetable como el propuesto por Machado, el niño Pilar que se debate por el morro o la escuela, es igual a cualquier niño, pero también representa la ambigüedad, el idealismo, aquel niño imaginado por Wordsworth, el concebido por Twain, el Emilio, como todos los personajes que ha imaginado Machado, el Pilar contiene en sí mismo a todos los niños.

 


Bibliografía

 

 

ARAÚJO, O. (1911) Historia de la escuela uruguaya. Dirección General de Instrucción Primaria. Montevideo: El Siglo Ilustrado.

BOSSI, Alfredo (1998) Historia concisa de la literatura Brásileña. México: Fondo de cultura económica.

CÁNDIDO, Antonio, “Esquema de Machado de Assi”», en Ensayos y comentarios, Sao Paulo, FCE/UNICAMP, 1995, pp. 231-249.

DE TORRES, María Inés. (2000). “Educar a un niño es civilizar a un bárbaro?: Disciplinamiento y educación en el Río de Plata del siglo XIX”. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana26(52), 79–89. https://doi.org/10.2307/4531122

FREITAS, Marcos Cezar de (Org.). História social da infância no Brásil. 5. ed., rev. e ampl São Paulo: Cortez, 2003. 334 p.

GONDRA, José; Schueler, Alessandra. (2008) EducaçãoPoder e Sociedade no Império Brásileiro. São Paulo: Cortez.

MACHADO DE ASSIS, José () Memorias póstumas de Blas Cubas.

_______________________ (2012) Varias historias. Montevideo, Ediciones Cruz del Sur/ Biblioteca Nacional do Brásil. (Organización y traducción de Pablo Cardellino Soto). [Contiene todas las narraciones del libro original].

ROCCA, Pablo (2021). “Machado de Assis y sus precursores: Fortuna editorial en español. Tres momentos (1902-1982)”, en Redes intelectuales y redes textuales. Formas y prácticas de la sociabilidad letrada, Liliana Weinberg (coord.). México: IPGH-CIALC, UNAM, pp. 153-190.

ROUSSEAU, Juan Jacobo (2011) Emilio o de la educación. Madrid: Alianza.

SCHWARZ, Roberto.  “Un pionero BrásileñoNew left review, ISSN 1575-9776, Nº. 36, 2006, págs. 51-66 



[1]My heart leaps up when I behold

A rainbow in the sky:

So was it when my life began;

So is it now I am a man;

So be it when I shall grow old,

Or let me die!

The Child is father of the Man;

And I could wish my days to be

Bound each to each by natural piety”.

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