BALADA DE LAS ENCANTADORAS CRIATURAS DE MARY




  
Entre la luz pálida ciega
adivinamos tus lágrimas
las marismas del exterior
no te detendrán
y es lo adecuado.

Claro que la luna te acompaña
y nosotros,
tus monstruos de siempre,
¿quien te cierra los ojos cada noche
cuando los funestos pensamientos
invaden tu cuerpo
como una fogata intempestuosa?

Levántate,
tu soberbio Warbeck
te necesita
y que decir de los otros huérfanos
el tal No entiendo nada
que te atribuyeron algunos detractores.

Uno de tus hijos
el más famoso
te necesita también
bajo su piel cerúlea
late tu corazón
ingentemente vivo
¿Qué diremos de Lodore?
Nada que tú no hayas dicho.

Mathilda llora en el rincón más oscuro
esperando que la alimentes
sus ojos sin vida
sus manos
no descansan.

¿A dónde te has ido?
Vuelve, por favor,
inhóspita estancia de céfiros
cúmulos alrededor
velas que incandescen
tu interior
crece con las sombras.

Uno clama,
ya sabes quien es
su alma es impura
un pavoroso dolor
lo estruja desde su creación
como a tí.

Ven.

Luces carmínicas, dentelladas
tu criatura ha enloquecido
al verte inerte ¡despierta!
tu gran compañera
ya está aquí,
y dice que no tiene prisa.





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