IN LIBRO LIBITAS


Ahá. Dos trabajos, tres niños, un curso virtual, y una muy pendiente -casi suspendida- maestría me tienen a maltraer con "aquello de sentarme a escribir." Lo cierto es que nada va a cambiar; los niños seguirán siendo pequeños (por algunos años más), intentaré seguir con mis trabajos (es imprescindible y más) y mientras pienso en la basura que desperdigó en el frente de la casa mi perro, sigo preguntándome: ¿cuándo podré sentarme a escribir?

Aparte de éstas cuestiones, intento releer a Lovecraft en cada ida al baño o cada vez que puedo sentarme en el ómnibus, y entonces, y sólo por un momento, el deseo se mitiga, al ver las más bellas frases escritas uno no puede sentir deseos de escribir ni aún de intentarlo. Para eso sirve Ctulthu, si señor. Para no pensar en cosas vanas...

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