UNA MONTAÑA O UN SOMBRERO



Como un rugido
proveniente de un pináculo gris
rebozado en grama
y pisotones de lodazal con alas de hojarasca
algo me despertó
espejismos de piedras.
La calle tembló un momento
-sin aviso-
los cables se volvieron lianas de goma rennegrida
y alabastro
un parque elíseo venido a menos.
Los pasos a través de las avenidas
de asfaltos ásperos
me siguen a todas partes
un rostro marmóreo
observa
y las ventanas como ojos sedientos
se abren hacia mí
la montaña o el sombrero
abren sus fauces de alquitrán
sus brazos sinuosos
sus cimas redondas
sus aromas de cristal.

Este poema fue seleccionado para integrar una antología llamada "Aromas de ciudad" organizado por L.A.I.A. N.Y.

Portada previa antologia LAIA 2013

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