Volver al nido

Hoy cuando salí al patio de mañana me encontré, quizás transportado por el viento otoñal, un pequeño nido en cuyo interior reposaba un huevito manchado y quebrado. Por supuesto, lo levanté, se lo mostré a los niños, y, el día siguió entre deberes y juegos.




Como no pude escribir ni una palabra estuve ocultando mi malhumor todo el día. Pero ahora que están en sus camas prontos para dormir aquí estoy en el blog al cual hace casi dos meses no regresaba, este lugar que es como mi pequeño nido, que cambia de rama buscando la mejor vista, que está construido con palabras y deseos, y que es cálido y confortable como a mi me gusta.


El patio


Esta ausencia se debe a que he estado escribiendo mucho, inmersa en épicas bucólicas, cuentos cubiertos de chatarra y personajes entrañables que ciertamente requerían de mi atención.

En Soundcloud subí unos poemas cuyo sonido -crudo por demás- espero mejorar en el futuro -o cuando sepa cómo-.

Una montaña o un sombrero




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