Casi, casi, una novela



Luego de un fin de año algo imprevisible en el que terminamos festejando en el balcón de una familia desconocida junto a mi hermano, una amiga, y los hijos, comencé a escribir. En quince días casi sesenta páginas es una buena cosa, más allá de que luego en la corrección la mayoría de las palabras cambien, muten, se transformen en otras.

Si se quiere, y quiero, es una buena forma de comenzar el año. Para balancear tanto optimismo, un cuento enviado a una revista muy conocida de literatura especulativa fue rechazado.

Les dejo un abrazo y lo mejor para todos en este año.



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