La vez que estuve dando una charla en la Biblioteca Municipal de Florida con liceales, les pregunté si conocían escritores del departamento pero no surgió ninguno. No conocían a escritores floridenses. Les nombré los que yo conocía, a saber, Mario Delgado Aparaín y Victor Dotti, y luego me quedé pensando porqué no conocía más escritores o escritoras de allí, si realmente eran tan escasos, o si había, porqué no los conocía. Me había olvidado de nombrar a Antonia Artucio Ferreira, algo imperdonable.
En éstos días leí que dos técnicos de fútbol originarios de Florida iban a ser condecorados. Y, como aquella vez en la charla de la biblioteca, me quedé pensando que hubiera sucedido si Antonia Artucio hubiera sido futbolista. Quizás también tendría su homenaje, su recordatorio, y no el olvido más profundo, el desconocimiento, el silencio. Hablemos un poco de Antonia.
Nació en 1879 y falleció en 1979. Como editora reunió en el Parnaso... a poetas conocidos como eran Delmira, José Enrique Rodó, Miguel Ángel Petit o Alberto Zum Felde, y aquellos que eran nuevos, o brillaron por un momento, como explica en su Advertencias al lector:
Pablo Rocca en su libro Cruces y caminos de las antologías poéticas uruguayas escribe acerca de su principal obra Parnaso Oriental:
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