UNA MONTAÑA O UN SOMBRERO
Como un rugido
proveniente de un
pináculo gris
rebozado en grama
y pisotones de
lodazal con alas de hojarasca
algo me despertó
espejismos de piedras.
La calle tembló
un momento
-sin aviso-
los cables se
volvieron lianas de goma rennegrida
y alabastro
un parque elíseo
venido a menos.
Los pasos a
través de las avenidas
de asfaltos
ásperos
me siguen a todas
partes
un rostro
marmóreo
observa
y las ventanas
como ojos sedientos
se abren hacia mí
la montaña o el
sombrero
abren sus fauces
de alquitrán
sus brazos
sinuosos
sus cimas
redondas
sus aromas de
cristal.
Este poema fue seleccionado para integrar una antología llamada "Aromas de ciudad" organizado por L.A.I.A. N.Y.
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